La paternidad/maternidad van unidas a las preocupaciones, sobre todo en el primer año de vida, cuando todo resulta nuevo y alarmante. Los progenitores se preocupan por su salud, desarrollo, bienestar… Descubre cuáles son estas principales preocupaciones y si debes alarmarte o no.
- Alimentación
La alimentación del bebé es una de las principales preocupaciones ya que de ella depende su salud, desarrollo y crecimiento. El primer problema suele venir a la hora de establecer la lactancia materna, ya que no siempre es sencillo y pueden surgir complicaciones como mastitis, grietas, mal enganche, obstrucciones…
Además, los papás y mamás no saben si está ingiriendo la cantidad de leche adecuada o si deben completar con leche de fórmula.
¿Un truco? Si engorda y crece a su ritmo, hace pis y caca con regularidad y está tranquilo y satisfecho, es que se está alimentando bien.
Y hacia los 6 meses llega otro problema: la introducción de sólidos. ¿Baby Led Weaning o triturados? ¿Qué alimentos introducir y en qué orden? ¿Y si se atraganta?
Además de hacer caso a los consejos de tu pediatra o enfermero, lo mejor es que introduzcas gradualmente todos los alimentos, dejando pasar al menos 3 días entre uno y otro, evitando solo aquello no aconsejados antes de los 12 meses como la leche de vaca, los frutos secos enteros o la miel.
- Sueño
Otro gran problema: el sueño. De hecho, uno muy importante para todos aquellos cuyos bebés se despiertan con mucha frecuencia ya que dormir poco afecta a la salud y el bienestar emocional de los padres.
En este caso, hay que saber que los niños tienen ciclos de sueño muy cortos y que necesitan despertarse a menudo en sus primeros meses de vida para comer, por lo que es normal que se despierten cada 2 o 3 horas y, ante eso, no hay mucho que puedas hacer. Paciencia y dormir siempre que lo haga el peque, así como turnarse entre ambos progenitores para descansar.
¿Un consejo? Sacarse leche para que el papá dé alguna toma nocturna y así la mamá pueda descansar un poco más.
Además, se aconseja establecer desde bebé una serie de rutinas que le irán ayudando a establecer un sueño regular y a dormir cada vez más horas a medida que crezca: baño, cena, cuento, luces tenues y silencio para dormir por la noche; y luces y ruido normal para dormir por el día.
Para evitar el Síndrome de Muerte súbita del Lactante, otra gran preocupación en estos primeros meses de vida, se aconseja colocar al bebé boca arriba para dormir y compartir habitación sin compartir cama. Y si se va a hacer colecho, hacerlo siguiendo una serie de medidas de seguridad, como nunca acostarse con el bebé si se está medicado, enfermo, habiendo bebido mucho alcohol…
- Desarrollo y crecimiento
La principal preocupación es que el bebé vaya alcanzando los hitos que debe conseguir a cada edad (como sonreír, sostener la cabeza, gatear) en el momento esperado.
También si engorda y crece lo adecuado en comparación con las tablas de percentiles.
En cuanto al primer tema, hay que saber que cada niño tiene un ritmo de desarrollo y no hay que obsesionarse ni compararle con otros niños de su edad. Hay que estimularle sin cansarle y acudir a las revisiones del pediatra para que él pueda detectar cualquier retraso o problema en el crecimiento.
Y en cuanto a los percentiles, lo importante no es estar en un percentil muy alto, sino mantenerse en el percentil que tenga cada bebé y que no haya cambios muy bruscos por arriba ni por abajo.
- Enfermedades y vacunas
Cada episodio de fiebre, sobre todo si es muy alta, suele generar ansiedad, especialmente si es la primera vez. Sin embargo, es habitual que los bebés tengan fiebre muy alta ya que, como su sistema inmunológico no está totalmente desarrollado, reacciona con más intensidad ante los virus.
Lo importante es mantenerle hidratado y acudir al médico cuando la fiebre sea mayor de 40 grados o de 38 en bebés menores de 6 meses, no baje en 3 días, el llanto sea inconsolable, haya señales de deshidratación o problemas para respirar.
En cuanto a las vacunas, muchos padres se preocupan por si hay reacciones adversas, pero hay que saber que las vacunas salvan vidas y que seguir el calendario propuesto por la Asociación Española de Pediatría es esencial para evitar enfermedades que pueden ser graves o incluso mortales.
- Vínculo y bienestar emocional
Es común tener miedo a no establecer un apego seguro y que este sea demasiado dependiente del cuidador principal o, todo lo contrario, no llegar a crear un vínculo fuerte.
El mejor consejo para este caso es darle mucho amor, cariño y cuidados constantes, dejando que vaya experimentando por sí mismo a medida que crece. No hay que ser unos padres sobreprotectores, pero, por supuesto, hay que atender sus necesidades físicas y emocionales siempre para que crezca seguro y rodeado de amor.
El juego, el contacto físico y la comunicación son fundamentales en el desarrollo temprano del peque.
- Seguridad en el hogar
Los accidentes son muy habituales en niños pequeños: caídas, atragantamientos, cortes, ahogamientos, envenenamientos…
Para evitarlos en la mayoría de lo posible, hay que adoptar una serie de medidas de seguridad en casa como no tener al alcance de los niños objetos punzantes o cortantes, mantener cerrados y en alto los medicamentos y productos de limpieza, poner seguridad en puertas, ventanas, escaleras y enchufes… Y, por supuesto, no dejar nunca al bebé solo en lugares donde haya algún riesgo.
¿Cuándo hay que alarmarse?
- Fiebre alta o en menores de 3 meses. ≥38°C en bebés menores de 3 meses. Fiebre persistente por más de 48 horas.
- Dificultad para respirar. Respiración rápida o ruidosa. Retracción de las costillas al inhalar. Color azulado en labios o rostro.
- Somnolencia excesiva o dificultad para despertar. Si el bebé está excesivamente adormecido, no responde a estímulos o cuesta mucho despertarlo.
- Convulsiones o movimientos anormales. Espasmos, sacudidas o pérdida repentina de conciencia.
- Vómitos persistentes o con sangre. Vómitos muy frecuentes o con aspecto verde (bilis), sangre o que impiden la alimentación.
- Diarrea severa o con sangre ya que el riesgo de deshidratación en bebés pequeños es alto.
- Deshidratación. Señales: boca seca, ojos hundidos, llanto sin lágrimas, pañales secos por más de 6–8 horas.
- Cambios en el color de piel o ictericia grave. Piel muy pálida, azulada o amarillenta (especialmente si se extiende más allá del pecho).
- Fontanela abultada o muy hundida. La fontanela (mollera) tensa y abultada puede ser signo de presión intracraneal; hundida, de deshidratación.
- No gana peso o pierde peso. Si el bebé no crece según las curvas esperadas o pierde peso de forma sostenida.
Ante cualquiera de estos síntomas, acude de inmediato a urgencias. Para otras preocupaciones, pide cita con tu pediatra.
Fuentes:
American Academy of Pediatrics (AAP)
Organización Mundial de la Salud (OMS): https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/immunization-coverage