Mostrar cariño a nuestros hijos es fundamental para su desarrollo emocional y mental. No basta con decirles que les queremos, hay que mostrárselo con besos y abrazos.

Beneficios de los abrazos en los niños

1- Aportan seguridad y calman

Los abrazos calman el llanto del bebé y le tranquilizan. Un abrazo es el remedio más poderoso que existe contra cualquier golpe o herida. Al sentirse abrazado, el bebé se encuentra seguro entre los brazos de sus padres.

2- Favorecen la adaptación al medio ambiente

Nada más nacer, los bebés necesitan adaptarse a un medio ambiente totalmente diferente al útero materno, mucho más frío y con mucha luz. El piel con piel con su madre o su padre le ayuda a regular su temperatura corporal, respirar mejor y adaptarse más rápidamente a su nueva vida.

3- Refuerzan la autoestima

Abrazar es una forma de decir “te quiero”, “eres importante para mí”, lo que refuerza la autoestima del niño al sentirse querido y apreciado por otros y le ayuda a desarrollar una correcta percepción de sí mismos.

4- Proporcionan felicidad y bienestar

Al recibir un abrazo, el organismo libera oxitocina, una hormona conocida como “la hormona del amor”, que genera una profunda sensación de bienestar y felicidad. También segregamos serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que producen una agradable sensación de armonía y felicidad.

5- Reducen la ansiedad y el estrés

Los abrazos ayudan a reducir la ansiedad y el estrés al reducir los niveles de cortisol, la hormona que controla el estrés.

6- Refuerzan el sistema inmune

Al recibir o dar un abrazo el sistema inmunológico se activa y aumenta la producción de glóbulos blancos, las células sanguíneas encargadas de luchar contra los agentes infecciosos como virus y bacterias.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) entre 404 personas estudió los efectos del “apoyo social” y el contacto humano en la probabilidad de ponerse enfermo después de haber sido expuesto a un virus como el del resfriado común. Los datos mostraron que aquellas personas que se sentían apoyadas y que recibían abrazos más o menos frecuentes mostraban una menor tasa de infección del virus de resfriado y se recuperaban antes.

7- Mejoran el estado de ánimo

Los abrazos proporcionan alegría y buen humor. Cuando estamos tristes, un abrazo nos hace sentir mejor.

8- Mejoran la comunicación familiar

Los abrazos nos ayudan a conectar con nuestros hijos favoreciendo la comunicación afectiva y el vínculo padre/madre-hijo.

9- Favorecen el desarrollo cerebral

Diversos estudios han demostrado la importancia del apego y la atención de los padres en el desarrollo cerebral. La Teoría del Apego de John Bowlby demostró que los niños que crecían solos en un orfanato (uno de los años 1940), tenían un menor volumen de materia gris y blanca cerebral que los niños criados en una familia afectiva. Por lo tanto, las demostraciones de afecto ayudan al correcto desarrollo del cerebro.

10- Favorecen el lenguaje y la inteligencia emocional

Los abrazos son una forma de expresar nuestras emociones, por lo que abrazar con frecuencia a nuestros hijos les ayuda a expresar las emociones.

Consecuencias de la falta de afecto

Ya hemos visto todos los beneficios de los abrazos en el desarrollo de los niños. Por el contario, la falta de muestras de afecto en la crianza de un niño puede influir de forma muy negativa al desarrollo emocional de los pequeños.

Los hijos necesitan que sus padres les abracen casi tanto como que les den de comer ya que este contacto físico es fundamental para su desarrollo y les aportará muchos beneficios físicos e intelectuales, pero sobre todo emocionales.

Así, ayudan a crear un tipo de apego seguro, aquel que aporta seguridad ante el cuidador y confianza en que este siempre estará disponible y responderá si le pasa algo.

Mientras que una crianza sin muestras de afecto es propia de los tipos de apego ansiosos, según la teoría antes mencionada de Bowlby. Existen 3 tipos de apego ansiosos, desorganizado, evitativo y ambivalente, y todos son negativos para el desarrollo emocional del niño.

En resumen, los niños necesitan constantemente de los abrazos, las caricias y los besos para reafirmarse emocionalmente. Un niño que se siente querido y recibe afecto, crecerá más sano, más seguro de sí mismo y por ende, más feliz. Así que no te olvides de abrazar todos los días a tus hijos.

Fuentes:

American Psychological Association. The lasting impact of neglect http://www.apa.org/monitor/2014/06/neglect.aspx

Does hugging provide stress-buffering social support? A study of susceptibility to upper respiratory infection and illness. Carnegie Mellon University http://www.psy.cmu.edu/~scohen/Does%20Hugging.pdf