La fiebre es el aumento de la temperatura corporal como mecanismo de defensa ante alguna enfermedad o proceso inflamatorio de causa infecciosa o no infecciosa. Y, aunque no suele ser grave y puede ser beneficiosa para combatir las enfermedades, es muy alarmante para los padres, por lo que te hemos preparado una guía práctica con lo más importante que debes saber si tu peque tiene fiebre.

¿Cuándo se considera que un bebé tiene fiebre?

Puedes tomarle la temperatura a tu hijo en la boca o en la axila con un termómetro digital, de vidrio o de oído. Los termómetros de mercurio ya no se recomiendan ya que el termómetro podría romperse, y el mercurio, que es una sustancia tóxica, penetrar en el cuerpo de tu hijo.

En los lactantes la temperatura suele ser 1 grado mayor a la del adulto y, además, la temperatura varía según la zona en la que se tome. Por eso, los médicos consideran que un bebé tiene fiebre si:

– La temperatura rectal es mayor de 38º C

– La temperatura oral es mayor de 37,5º C

– La temperatura axilar es mayor de 37,2º C

– La temperatura en oído es mayor de 38º C

Además, la fiebre suele ir acompañada de una serie de síntomas que indican que el bebé tiene la temperatura corporal alta:

– temblores o tiritona

– rubor facial

– extremidades frías y pálidas, pero torso y cabeza muy calientes

– sensación de frío

– sudor

 Causas de la fiebre

La mayoría de las veces la fiebre está causada por una infección vírica o bacteriana, que puede ser respiratoria (gripe, resfriado, neumonía, bronquitis, bronquiolitis), gastrointestinal, otitis, urinaria, etc. Aunque también puede darse en situaciones en las que el niño esté sometido a altas temperaturas, a calor ambiental, a ejercicio desmesurado, etc.

En menores de 1 año, la fiebre puede ser resultado de ciertos trastornos sanguíneos y autoinmunes.

Con frecuencia, la fiebre en niños puede ser también un efecto secundario de algunas vacunas infantiles.

La fiebre es muy alarmante para los padres, pero rara vez es preocupante y, de hecho, nos ayuda a defendernos de los gérmenes y combatir las enfermedades.

¿Cómo actuar cuando el bebé tiene fiebre?

Cuando un bebé tiene fiebre lo más importante no es si esta es más o menos alta, si no el estado general del niño ya que hay veces que con 37,5º C se encuentran muy mal y otras, con más temperatura, están perfectamente. Por eso, debes observar si el niño tiene dolor, está lloroso, intranquilo, inquieto… para adoptar diferentes medidas para que se encuentre más cómodo. Hay que tratar al niño y no la fiebre.

Para disminuir la fiebre puedes:

-Quitarle alguna capa de ropa, no es conveniente que esté demasiado abrigado, pero tampoco que coja frío. Puedes dejarle con un pijama, por ejemplo.

– Mantener la habitación fresca y bien ventilada, pero sin que le den corrientes de aire.

– Darle un baño de agua tibia durante 10 minutos. El agua nunca debe estar fría y no hay que bañarle si no quiere, solo si le apetece.

– Colocarle compresas de agua tibia en la nuca y la frente.

Darle muchos líquidos para evitar que se deshidrate. Si todavía es lactante, ofrécele el pecho o biberón más a menudo. Si ya toma alimentos, dale agua.

– Los antitérmicos, antiinflamatorios como el ibuprofeno o el paracetamol deben ofrecerse únicamente cuando la fiebre produzca malestar en el niño, sea superior a 38,5º C, no le baje con ninguna de las medidas anteriores o esté muy incómodo. Debes darle siempre la dosis indicada por su pediatra. No le des nunca los a la vez ni hace falta que los alternes, no hay estudios que muestren que eso es más eficaz.

– Nunca le des antibióticos sin prescripción médica, no sirven para tratar las infecciones víricas y es peligroso administrarlo cuando no es necesario. Tampoco debes darle aspirina ya que el uso de ácido acetilsalicítlico en niños se ha asociado con el síndrome de Reye, una enfermedad muy grave.

¿Cuándo acudir al médico?

Si el bebé presenta:

– Mucha somnolencia

– Mareos y/o vómitos que no cesan

– Comportamiento anormal o irritabilidad

– Convulsiones

– Dolor de cabeza

– Erupciones en la piel

– Piel azulosa o moteada

– Dolor continuado

Llanto agudo más débil que lo normal

– Hinchazón de fontanelas

– Rigidez de cuello

– Dificultad para respirar o lo hace muy rápidamente

– No utiliza normalmente alguna extremidad o bien ésta está fría en comparación con el resto del cuerpo

– La fiebre dura más de 3 días

– Tiene más de 39º C en menores de 6 meses y 40º C en cualquier edad

Convulsiones febriles

En los niños puede producirse una repentina subida de la fiebre que hace que las neuronas descarguen impulsos hacia los músculos, que se contraen en convulsiones que pueden ir acompañadas de otros síntomas muy escandalosos como tirones o rigidez en las extremidades, expulsión de espuma por la boca, ojos en blanco, pérdida de conciencia… algo muy alarmante para los padres, pero hay que saber que rara vez son graves.

Alrededor del 3-5% de los niños con edades entre 4 -5 meses hasta los 5 años de edad pueden sufrir una convulsión febril, sobre todo en las primeras 24 horas de una enfermedad y no siempre en el pico más alto de la fiebre.

Las convulsiones durante entre 15 segundos y unos minutos y pueden repetirse, sobre todo si la primera convulsión se da antes de los 12 meses.

Si tu hijo sufre convulsiones febriles, mantén la calma, colócale en un lugar seguro para evitar que se haga daño, quítale la ropa para bajar la fiebre, no intentes contener sus movimientos y acude a urgencias.

Fuentes:

“La fiebre en bebés”, blog de Healthy Children de la American Academy of Pediatrics, https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/fever/Paginas/fever-and-your-baby.aspx

“Fiebre: ¿qué hacer cuando el niño tiene fiebre?”, blog EnFamilia de la Asociación Española de Pediatría, https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/que-hacer-cuando-nino-tiene-fiebre