Ahora que ha llegado el calor, es imprescindible que nuestros peques siempre tengan una buena hidratación, pues su necesidad de agua es bastante mayor que la de los adultos.

El peso corporal de un lactante es un 70% agua. Por ello, al tener más que los adultos (50-60%), tienen que tomar a diario un 10-15% de su peso total en agua, pues tienen más probabilidades de sufrir una deshidratación que tenga importantes consecuencias en su salud.

Hoy, os enseñamos todo lo que necesitáis saber sobre la hidratación de los bebés. Con estas temperaturas tan altas, es muy posible que sus niveles de líquido en el cuerpo se reduzcan considerablemente, y debemos hacer todo cuanto esté en nuestras manos para compensar esta pérdida.

¿Qué cantidad de agua diaria deben tomar?

En el caso de los adultos, el agua representa el 50-60% de nuestro peso corporal, mientras que en los niños de menos de dos años este porcentaje asciende al 70-80%. Los peques, por tanto, tienen que beber más agua que nosotros a lo largo del día.

Lo ideal para que los bebés estén bien hidratados es que beban agua, aproximadamente, cada dos horas, aunque todavía no sientan sed. Otra forma de calcular esta cantidad diaria es a través de su peso: 55 mililitros por cada kilo, por lo que si nuestro bebé pesa 13 kilos, por ejemplo, deberá beber 715 mililitros diarios.

Por otro lado, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria valora que las cantidades de agua que deben consumir los bebés son éstas: 100-190 mililitros (0-6 meses), 800-1.000 mililitros (6 meses-12 meses) y 1.100-1.200 mililitros (1-2 años).

¡Ojo! El bebé también se hidrata mediante los alimentos que consume, pues estos cuentan también con agua, sobre todo las verduras y las frutas, entre otros.

¿Y si el bebé se alimenta con leche materna?

Si nuestro bebé es lactante, no debe beber agua mineral durante los seis primeros meses, es decir, cuando se alimente exclusivamente con leche materna, según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Asimismo, tampoco debe consumir otro tipo de bebidas; sólo leche de su madre.

La leche materna cuenta con un 90% de agua en su composición, por lo que no es necesario que consuma otro tipo de bebida. Además, la leche materna cuenta con los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades de los peques.

¿Y qué hacemos cuando haga mucho calor? Ofrecerle al bebé el pecho de forma más continuada, ya que, como comentábamos al principio de este post, sus niveles de líquido en el cuerpo se reduzcan considerablemente debido al sudor, por lo que debemos compensar esta disminución.

¿Cuáles son los mejores alimentos para la hidratación?

Si nuestro bebé ya no se alimenta exclusivamente de leche materna, debemos tener en cuenta una serie de alimentos que nos ayudarán en esta labor de hidratar al peque.

Como es de esperar, beber agua es la forma de hidratación más adecuada, seguida de las hortalizas y las verduras -estas contienen un alto nivel de agua, así como vitaminas y minerales, entre otros- y de los productos lácteos.

¿Qué beneficios tiene una buena hidratación?

Una correcta hidratación causa que el traslado de los nutrientes a las células se realice de mejor forma, así como la eliminación de desechos a través del sudor, las heces y la orina.

Además, si los niños están hidratados, sus articulaciones y tendones estarán mejor lubricados, por lo que se reducirán notablemente las posibilidades de sufrir problemas musculares, articulares y respiratorios.

¿Y qué consecuencias tiene la deshidratación?

La deshidratación del bebé puede originarse por diferentes motivos:

  • No consume los líquidos suficientes
  • Tiene diarrea o vómitos En estos casos, la pérdida de agua es ocho veces superior a lo normal, por lo que debemos ofrecerles agua y sales minerales a través de una solución de rehidratación oral.
  • Suda de forma excesiva especialmente cuando las temperaturas son altas. Si sobrepasamos los 30ºC, la sudoración es tres veces superior a lo habitual.

Sea como sea, sus consecuencias pueden ser gravísimas para su salud, por lo que debemos estar muy atentos. Los principales síntomas de deshidratación son los siguientes:

  • Sequedad de labios y boca
  • Ojos hundidos
  • Piel reseca y pálida
  • Elevado número de horas sin orinar y deposiciones secas
  • Cansancio y debilidad general

Si notas estos síntomas, acude al profesional de medicina.

Consejos para mejorar la hidratación en lactantes

– Si se alimenta de leche de fórmula, asegúrate de preparar los biberones con la cantidad de agua indicada por cada cucharada de leche en polvo.

– En verano, además de agua, ofrécele sopas frías, fruta, batidos y verduras.

– Una vez empiece a consumir alimentos sólidos, debe comenzar a beber agua. Al principio es normal que beba poca, no debes preocuparte, pero sí ofrecérsela a menudo. Cuando sienta sed, beberá.

– Evitar los refrescos para hidratar a los niños, pues además de contener mucho azúcar y calorías, tienen un leve efecto diurético y no hidratan como lo hace el agua.

Fuente:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.