Tu leche materna es única y producirá todos los nutrientes que tu bebé necesita durante los primeros meses de vida. Una dieta sana y equilibrada junto con una correcta hidratación son la clave para que tengas una leche materna nutritiva y abundante, aunque también depende de la genética, las hormonas, las necesidades de tu bebé y el entorno. Por ejemplo, cuanto más calor haga, más agua contendrá la leche.
¿Qué contiene la leche materna?
La leche materna es principalmente agua (87,5 %) y también incluye hidratos de carbono, grasas, proteínas y minerales.
La leche que produces al principio de la toma contiene una gran concentración de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y grasas. El contenido graso varía entre mujeres e incluso en la misma mujer entre tomas.
Al final de la toma, la leche es más espesa y oscura. Este color más oscuro se debe a que contiene un porcentaje más alto de calorías y grasas para que tu bebé aguante más entre toma y toma.
Todo lo que tu leche materna puede ofreceros a ti y a tu bebé
- La leche materna puede ayudar a tu bebé a dormir.
- Tus hormonas cambian según el momento del día, lo que afecta a la leche materna. De esta forma, pasarás a tu bebé hormonas que favorecen el sueño a través de la leche.
- La lactancia aumenta los niveles de oxitocina. Supuestamente, esta hormona intensificará el sentimiento de amor hacia tu bebé.
- Los anticuerpos que combaten los gérmenes de tu leche materna aumentan las posibilidades de que tu bebé esté más sano en el futuro.
- Lo que comas durante la lactancia también puede afectar a los gustos de tu bebé.
- Se cree que este proceso, que denominamos la huella del gusto, podría explicar la perpetuación de preferencias alimentarias culturales y étnicas.
- Tu leche materna será distinta si tu bebé es niño o niña.
- La leche producida para un niño contiene un 25 % más de calorías que la de una niña.
- La lactancia materna consume unas 500 calorías al día.
- Cuanta más leche tome tu bebé, más leche producirán tus pechos y al contrario.
