Ser madre o padre no es una tarea sencilla. Desde el primer llanto de nuestro bebé hasta que llegue su independencia, nos enfrentaremos a un sinfín de retos. A veces, serán coser y cantar; en otras ocasiones, no sabremos cómo superarlos –aunque, al final, lo haremos–. Sea como sea, fácil o difícil, hay un hecho innegable: por nuestra parte, haremos todo lo posible para salir victoriosos ante cada obstáculo.
Con nuestro primer hijo, este reto será más difícil. Como madres y padres primerizos, es posible que sintamos miedo ante una nueva situación que abarca muchísimas posibilidades, pero debemos saber que, aunque parece imposible poder con todo, no lo es. Al final, siempre podremos.
Hoy, para ayudaros en vuestra misión de cuidar a los más pequeños de la mejor forma posible, traemos 10 consejos imprescindibles que harán que protegerlo sea una tarea de lo más sencilla. ¡Tomad nota!
La organización
Una buena organización es sinónimo de éxito. Durante los primeros meses de vida de nuestro bebé, tendremos que despedirnos de la rutina que habíamos conocido hasta entonces y dar paso a otra totalmente diferente. Por ello, es imprescindible que contemos con un plan que nos permita gestionar y aprovechar nuestro tiempo de la mejor forma posible.
Para cumplir este objetivo, muchos padres optan por elaborar un calendario de tareas. De esta forma, son conscientes de a quién le toca qué y cuándo. Este método es muy eficaz, sobre todo cuando los dos padres trabajan y tienen que tener todo muy bien atado.
¡Consejo!Aunque nosotros seamos los padres, no tenemos por qué encargarnos absolutamente de todo. Si tenemos la suerte de poder tener a nuestro alrededor personas dispuestas a ofrecer su ayuda, ¿por qué no aprovecharla? ¡No seremos malos padres por ello!
La alimentación
Nunca nos cansaremos de repetir que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la alimentación del bebé se base exclusivamente de leche materna durante los seis primeros meses, pues ésta cuenta con muchísimos nutrientes que harán que el sistema inmunológico de nuestro pequeño se desarrolle de formas inimaginables. Además, se adapta a las necesidades del bebé durante la lactancia.
En aquellos casos en los que la lactancia materna no sea posible, tenemos la alternativa de las fórmulas lácteas. En el mercado podemos encontrar muchos tipos, por lo que debemos elegir la que mejores opciones nos ofrezca, como Capricare, la primera leche de continuación hecha a base de leche de cabra.
En cualquier caso, sea la lactancia materna o no, si utilizamos biberón, debemos tener en cuenta una serie de pasos a seguir para que la alimentación del bebé sea la adecuada.
¡Nota! Por lo general, el bebé pierde, aproximadamente, el 10% de su peso al nacer, pero luego gana unos 150 gramos cada semana durante sus tres primeros meses.
Las deposiciones y los gases
No te preocupes si las primeras deposiciones del bebé son pegajosas y no tienen olor, ¡que es más que normal! Se trata del “meconio” y desaparece, normalmente, tras las primeras 24 horas de vida para dar paso a unas caquitas más amarillentas, generalmente con grumos, a causa de la lactancia. Por lo general, los bebés manchan los pañales de una a ocho veces al día, aunque esta cifra es muy variable.
Con respecto a los gases, debemos saber que los bebés acumulan muchos gases, especialmente durante las tomas –podemos utilizar un biberón que evite esto-, por lo que es necesario que estos eructen para, así, expulsarlos. La mejor forma es cogerlos de forma vertical, con su cabeza apoyada en nuestro hombro, y darles palmaditas en su espalda.
El llanto
Si a los gases ya mencionados les acompaña un llanto incesable, es muy probable que nuestro bebé sufra cólicos del lactante. Ante esta situación, es primordial que no perdamos los nervios para no transmitirle al pequeño una sensación de malestar. Asimismo, podemos balancearlo entre nuestros brazos para calmarlo.
El sueño
Es importante que regulemos el ciclo vital de nuestros bebés, ya que, de forma general, duermen durante el día –unas 16-18 horas- y se despierten por la noche. Para ello, podemos intentar que se mantengan despiertos durante el día, con ayuda de mucha luz y ruido. A la hora de acostarlos, lo más recomendable es colocarlos boca arriba sin almohada.
El paseo
Desde que lleguemos a casa con el bebé el primer día, es recomendable que realicemos paseos unas dos veces al día. De esta manera, el bebé interactuará con otro entorno y estímulos, lo que favorecerá el desarrollo de sus capacidades visuales o auditivas, entre otros.
Para estos paseos, es importante que nos aseguremos de que el bebé está protegido. Si hace calor, debemos utilizar ropa fresca y evitar que el sol le dé directamente; si hace frío, debemos abrigarlo con la ropa adecuada.
La higiene
La higiene es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Debemos asear a nuestro bebé a diario, con agua a 36º C, aproximadamente, y con gel y champú aptos para bebés.
El primer mes es esencial, con la caída del cordón umbilical presente, por lo que debemos prestar especial atención a todas y cada una de las partes del cuerpo de nuestro bebé. ¡Descubre más sobre su higiene aquí!
La seguridad
La seguridad del bebé es muy importante. Por ello, es recomendable tener en cuenta una serie de precauciones siempre que podamos: si tenemos mascotas, nunca debemos dejarlos solos, al igual que tampoco debemos hacerlo a la hora del baño; si no vamos a estar en casa, podemos utilizar un sistema de vigilancia que nos permita ver al bebé o, al menos, escucharlo. ¡Hay aplicaciones que pueden ayudarnos en este objetivo!
El vínculo emocional
La conexión emocional con nuestro pequeño se crea durante los primeros días de vida, y el contacto físico entre ambos favorece este vínculo, que, aunque no lo parezca, tiene repercusión, entre otros, en el crecimiento físico del bebé.
Para crear este vínculo, podemos coger a nuestro hijo en nuestros brazos y acariciarlo de forma suave. También podemos hablarles y cantarles; a los bebés les encantan los sonidos.
El disfrute
Comenzábamos este artículo diciendo que ser madre o padre no es una tarea fácil, pero ello no quiere decir que algo tan bonito deba convertirse en un infierno. Tenemos que cuidar a nuestros hijos, protegerlos, pero, sobre todo, disfrutar con ellos; de ellos. ¡No os olvidéis de vivir!