Reforzar las defensas de los niños en verano es importante porque, aunque parezca que es más habitual enfermar en invierno, en verano también hay virus y desafíos específicos para los que el sistema inmunológico de los peques debe estar preparado si queremos pasar un buen verano.

Riesgos para la salud en verano

1. Mayor exposición a virus y bacterias: en verano, los niños suelen estar más expuestos a ambientes como piscinas, playas, campamentos o parques, donde hay mayor contacto con otros niños y superficies compartidas. Esto aumenta el riesgo de contagio de infecciones como:

  • Gastroenteritis viral o bacteriana.
  • Infecciones respiratorias (aunque menos frecuentes que en invierno).
  • Infecciones en los oídos (otitis del nadador).
  • Conjuntivitis.

2. Cambios en la rutina y en la alimentación: durante las vacaciones escolares, muchos niños rompen su rutina de sueño y alimentación, lo que puede debilitar su sistema inmunológico. Suelen dormir menos horas o en un horario muy irregular, consumen más alimentos ultraprocesados o dulces, pueden deshidratarse si beben poca agua y sudan mucho…

  • Dormir menos o tener horarios irregulares.
  • Consumir más alimentos ultraprocesados o dulces.
  • Deshidratación por olvido de tomar agua.

3. Estrés térmico y deshidratación: las altas temperaturas pueden afectar la fisiología infantil, especialmente si los niños no están bien hidratados. El cuerpo estresado por el calor tiene más dificultad para luchar contra agentes externos.

4. Viajes y cambios de entorno: al viajar, los niños pueden entrar en contacto con nuevos patógenos y experimentar cambios en su flora intestinal. Esto puede hacerlos más propensos a enfermedades gastrointestinales o alergias.

¿Cómo reforzar las defensas de los niños en verano?

  • Mantener una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y probióticos.
  • Garantizar el descanso adecuado.
  • Mantener la hidratación constante.
  • Fomentar el ejercicio físico y juegos al aire libre, evitando horas de mayor sol.
  • Extremar la higiene, especialmente en manos y alimentos. En verano hay que tener mucho cuidado con las intoxicaciones alimentarias ya que el calor excesivo puede estropear los alimentos.
  • Reducir el estrés y aprovechar estos meses de vacaciones para que el niño esté relajado y tranquilo.

¿Cómo debe ser la alimentación en verano para reforzar las defensas de los niños?

1. Frutas ricas en vitamina C

La vitamina C es fundamental para la producción de glóbulos blancos y tiene efecto antioxidante. Algunas frutas que puedes ofrecerle son: naranja, mandarina, kiwi, fresa, mango, melón, piña, papaya.

Puedes ofrecérselas en batidos, ensaladas de frutas, helados caseros de fruta natural.

2. Verduras de temporada

Aportan vitaminas A, C, E, ácido fólico y minerales que ayudan a modular la respuesta inmunitaria. Las zanahorias son una excelente fuente de vitamina A, que protege la salud de las mucosas y la piel, dos barreras naturales del cuerpo contra las infecciones. Algunos ejemplos son tomate, zanahoria, espinaca, calabacín, pepino, pimientos.

Puedes incluírselas en gazpachos, salteados, palitos crudos con hummus, tortillas de verduras.

3. Probióticos y prebióticos

Fortalecen la microbiota intestinal, clave para una buena inmunidad. Tener una microbiota variada y saludable ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.

Para ello puedes darle:

• Probióticos: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha.

• Prebióticos: avena, plátano, manzana, espárragos, ajo, cebolla.

Cómo incluirlos: desayuno con yogur y avena, batidos con plátano, sopas con cebolla y ajo.

4. Proteínas de calidad

Ayudan a formar anticuerpos y enzimas inmunitarias. Puedes encontrarlas en huevos, pescado, pollo, legumbres, tofu.

Cómo incluirlas: ensaladas con atún o garbanzos, tortillas, brochetas de pollo y vegetales.

5. Grasas saludables

Participan en la regulación inflamatoria y absorción de vitaminas liposolubles. Los ácidos grasos omega-3 ayudan a reducir la inflamación y fortalecer las defensas. Se encuentran en aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos, semillas, pescado azul (sardinas, salmón).

Cómo incluirlas: tostadas con aguacate, aliños de ensaladas, snacks con nueces.

6. Hidratarse correctamente

Fundamental para mantener las mucosas sanas y el transporte de nutrientes. Además, evita la deshidratación y los golpes de calor, habitual en verano debido al calor. Ofrécele agua, infusiones suaves, caldos caseros, frutas con alto contenido de agua (sandía, melón). Evita las bebidas azucaradas ya que hacen que se pierda más agua corporal.

7. Evitar alimentos procesados

Los alimentos ultraprocesados debilitan el sistema inmunológico y aumentan el riesgo de enfermedades. Limita la ingesta de este tipo de alimentos y ofréceles versiones saludables y divertidas, como hamburguesa casera de pescado o pizza casera de verduras.

Fuentes:

CDC: Centers for Disease Control and Prevention (CDC) – Summer Health Tips

American Academy of Pediatrics