El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que afecta las vías respiratorias. En las personas con asma, estas vías respiratorias tienden a ser más sensibles y reaccionan de manera exagerada a ciertos desencadenantes, produciendo un ataque de asma que puede ser muy grave si no se trata adecuadamente. Descubre cuál es el manejo de esta enfermedad en niños.
Síntomas del asma en niños
El asma es una enfermedad crónica del aparato respiratorio en la que se produce una inflamación de las vías respiratorias inferiores (bronquios), provocando que se estrechen y causando los siguientes síntomas en niños:
– dificultad para respirar o disnea
– opresión en el pecho
– tos, sobre todo por la noche
– sibilancias (un sonido agudo al respirar)
Estos síntomas pueden variar en intensidad y frecuencia, y pueden ser desencadenados por diversos factores, como alérgenos (polvo, polen, ácaros del polvo), irritantes (humo, contaminantes atmosféricos), algunos alimentos y aditivos, medicamentos, infecciones respiratorias, reflujo gastroesofágico, ejercicio físico intenso, obesidad, cambios climáticos y emociones fuertes.
Además, los síntomas aparecen en brotes, por lo que existen épocas sin síntomas y otras en las que sí se manifiesta.
Es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia, afectando a un 10% de la población infantil y con un aumento en los últimos años, probablemente debido a la contaminación.
Tipos de asma en niños
La clasificación más utilizada en el asma infantil tiene en cuenta la frecuencia y gravedad de los síntomas:
– Asma episódica ocasional: máximo de 4-5 episodios al año y sin síntomas entre uno y otro.
– Asma episódica frecuente: entre 6-8 episodios al año y presencia de sibilancias con esfuerzos intensos entre ellos.
– Asma persistente moderada: un episodio cada 4-5 semanas y síntomas entre episodios como sibilancias con esfuerzos moderados y tos nocturna casi todas las semanas.
– Asma persistente grave: episodios todos los meses y síntomas entre episodios muy frecuentes, sibilancias ante cualquier esfuerzo, tos más de dos noches por semana y necesidad de medicación varias veces por semana.
¿Cómo se trata el asma infantil?
Para determinar el tratamiento lo primero que hace falta es determinar qué tipo de asma sufre el peque y, además, tener en cuenta que hay dos tipos de tratamiento: uno encaminado a las crisis asmáticas, que debe usarse lo más rápidamente posible para desobstruir las vías respiratorias y permitir respirar al niño (medicación de rescate) y otro encaminado a prevenir las crisis (terapia de mantenimiento).
Entre los medicamentos de rescate encontramos los agonistas β2-adrenérgicos de acción corta inhalados (salbutamol) encargados de dilatar el bronquio, los más eficaces y que actúan con gran rapidez. Se administran con cartucho y cámara espaciadora en domicilio, y nebulizados en el hospital. Los anticolinérgicos inhalados (bromuro de ipratropio), nebulizados, que también ayudan a dilatar el bronquio en las primeras 48 horas desde el inicio de la crisis. Y los corticoides, que desinflaman las vías respiratorias y se usan en combinación con los anteriores.
Estos medicamentos se usan ante una crisis asmática o para prevenir el asma inducida por el ejercicio y solo cuando el niño los necesite. Dado que permiten al niño respirar cuando sus vías se están obstruyendo, estos medicamentos de alivio rápido deben estar disponibles en casa, el colegio y llevarlo siempre consigo, sobre todo si va a hacer deporte.
Mientras que en la terapia de mantenimiento se usan medicamentos que ayudan a desinflamar las vías inflamadas e hiperreactivas, como los corticoides inhalados (budesonida, fluticasona); agonistas β2-adrenérgicos de acción larga (salmeterol, formoterol), solo para niños mayores de 4 años; antagonistas de los receptores de leucotrienos, que impiden la acción de los leucotrienos, moléculas que participan en los procesos de inflamación crónica favoreciendo la broncoconstricción; inyecciones biológicas para niños con asma grave; y antihistamínicos o inmunoterapia para evitar los desencadenantes de las crisis.
Estos medicamentos no se utilizan para aliviar los síntomas, sino para prevenirlos y el uso de unos u otros y las dosis y frecuencia dependerá de la cantidad de crisis y de la gravedad de los síntomas.
Además, todas las personas con asma deben tener por escrito un plan de acción para controlar el asma que incluya qué medicamentos de rescate y preventivos debe tomar, cuándo tomarlos, las dosis, cuándo acudir a urgencias, etc.
¿Cómo utilizar los inhaladores en niños?
La vía inhalatoria es el método más eficaz y rápido para administrar la medicación antiasmática ya que se actúa directamente en los pulmones y se administra una mayor cantidad de fármaco en las vías aéreas. No obstante, para los padres de menores de 4 años pueden surgir dudas sobre cómo hacer que su peque use el inhalador de manera correcta. Para niños de esta edad, se usa un inhalador con cámara espaciadora y mascarilla adaptada a su edad para asegurarse de que el fármaco no se escape. A partir de los 6 años se puede usar ya sin mascarilla y, a medida que crezca, se puede cambiar por un inhalador de polvo seco, que requiere realizar una inspiración larga y profunda y mantenerla durante 7-10 segundos.
¿Cómo será la vida del niño con asma?
Aunque es cierto que el asma es una enfermedad crónica que puede ser grave en algunos casos y que no tiene cura, suele mejorar con la edad y los episodios son mucho menos frecuentes en adultos.
Además, el niño podrá llevar una vida totalmente normal, incluso hacer deporte, solo tendrá que prevenir los ataques de asma evitando los desencadenantes (alérgenos, infecciones, alimentos…) y llevar siempre encima su medicación por si sufre un ataque de asma.
Fuentes:
“Medicamentos para tratar el asma en niños”, blog de la American Academy of Pediatrics, https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/allergies-asthma/Paginas/medications-used-to-treat-asthma.aspx
Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)
Asociación Vasca de Pediatría: http://www.avpap.org/documentos/Asmalactante.pdf