Después de comer, puede que tu bebé expulse un poco de leche. Esto es muy habitual en los recién nacidos y bebés con pocos meses de vida y se conoce como reflujo o regurgitación.

Signos del reflujo en bebés:

  • Regurgita un poco de leche después de comer.
  • Se muestra agitado mientras come.
  • Se despierta con frecuencia.
  • Padece infecciones de oído con frecuencia.
  • Llora después de comer.
  • Arcadas después de comer o después de eructar.
  • Tiene hipo después de comer.
  • Tose mucho después de comer.
  • Pierde peso porque no consigue retener la leche.
  • Arquea la espalda después de comer.

También existe lo que se conoce como reflujo silencioso que es cuando tu bebé presenta signos de reflujo, pero no llega a regurgitar nada de leche.


¿Qué causa el reflujo?

Tu bebé acaba de llegar al mundo y su esófago aún se está desarrollando, por lo que el contenido del estómago regresa al esófago de forma casi tan natural como el hipo. Los bebés también son propensos a regurgitar con frecuencia porque se pasan la mayor parte del tiempo tumbados y tienen principalmente una dieta líquida. Aproximadamente un 30 % de los bebés padece reflujo y va mejorando en torno al año.

Cómo suavizar el reflujo

  • Mantén a tu bebé en posición vertical durante 30 minutos después de darle de comer.
  • Hazle eructar a la mitad de la toma.
  • Prueba con tetinas más pequeñas si lo alimentas con biberón para que no trague tanto aire.
  • Haz tomas más pequeñas, pero más frecuentes para que ingiera suficiente comida.

Cuándo debes buscar consejo médico

El reflujo es algo muy normal, así que no te preocupes ya que, en la mayor parte de los casos, se resuelve por sí mismo. Tu bebé no necesitará tratamiento mientras siga subiendo de peso.

No obstante, si te preocupa esta situación o experimentas una de estas dos situaciones, te recomendamos que consultes a un médico:

  • Tu bebé no gana peso por culpa del reflujo.
  • Tu bebé tiene más de seis meses cuando empieza a regurgitar.