La leche es un alimento fundamental en la infancia para asegurar las cantidades de calcio y otros nutrientes que el pequeño necesita para crecer y desarrollarse, por eso, es normal que te preocupe que tu hijo no quiera tomar leche… ¿Qué hacer en este caso?

¿Es necesario beber leche? 

Durante los primeros meses de vida la alimentación del bebé es únicamente leche, ya sea materna o de fórmula para lactantes. Una vez cumplidos los 6 meses, el pequeño ya puede empezar a tomar otros alimentos, aunque la leche sigue siendo el alimento fundamental hasta los 12 meses. En ese momento, se suele cambiar a la leche líquida y, para muchos niños, el sabor no es tan agradable o les cuesta más digerirla, por lo que comienzan a rechazar la leche. 

Así, son muchos los niños de más de 2 años a los que les cuesta mucho beberse un buen vaso de leche todas las mañanas para desayunar, algo que preocupa a sus padres ya que la leche es un alimento básico en una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, ¿es realmente perjudicial no beber nada de leche? 

que hacer si no quiere lecheLa leche, ya sea de vaca, cabra u oveja, forma parte de una dieta sana fundamentalmente por su aporte de calcio, un mineral esencial para el crecimiento de los niños ya que forma parte de los huesos y los dientes, por lo que su déficit puede causar raquitismo, enfermedad que se caracteriza por huesos débiles y déficit en el crecimiento. La infancia es un periodo crucial para el desarrollo de los huesos pues en los primeros años se forma más del 90% de la masa ósea que tendrá de adulto. Por eso es fundamental que, aunque no beba leche, sí consuma alimentos ricos en calcio. 

Por lo tanto, es cierto que los bebés necesitan calcio en su dieta, pero para aquellos padres preocupados porque sus hijos no toman leche, ¡tranquilos! Existen muchos otros alimentos que pueden cubrir las necesidades de calcio de un niño. 

¿Cuánto calcio deben consumir los niños? 

Las cantidades diarias recomendadas de calcio en niños son: 

– 700 mg de calcio entre niños de 1 a 3 años 

– 1.000 mg de calcio entre los 4 y 8 años 

– 1.300 mg de calcio entre los 9 y los 14 años 

La leche es el alimento que aporta entre el 65 y 72% del calcio a la dieta, pero no es un alimento imprescindible. Hay muchas opciones por las cuales sustituir la leche: 

– otros lácteos como yogures o quesos.  

– verduras de hoja verde como brócoli, acelgas o espinacas. 

– pescados que se comen con espinas, como las sardinas o las anchoas. 

– otros pescados como el besugo, el lenguado o el salmón. 

– algunos frutos secos como las almendras. 

– algunas legumbres como los garbanzos y la soja. 

– yema de huevo. 

– higos. 

– algas. 

Por lo tanto, si tu hijo se niega a beber leche, deberás complementar su dieta con estos alimentos para asegurar que consume las cantidades diarias de calcio que necesita para su crecimiento. Si tienes dudas, consulta a su profesional de pediatría.  

Además, el calcio por sí solo no es suficiente ya que para que este sea absorbido por completo por los huesos es esencial la vitamina D y el ejercicio. La gran mayoría de la vitamina D que el cuerpo de los niños necesita la fabrica él mismo gracias a la exposición a la luz solar y al ejercicio físico. 15 minutos de exposición diaria al sol ayudan al niño a tener las cantidades diarias de vitamina D que necesita, por eso es tan importante que juegue al aire libre, vaya al parque, salga de paseo…  

¿Qué hacer si mi hijo no quiere beber leche? 

– Averigua la causa del rechazo. En muchos niños se debe al sabor, lo que se puede solucionar añadiendo un poco de cacao en polvo para que les sepa mejor. O un puñado de cereales. También puedes echar fruta natural en la leche o hacer un rico batido sin añadir azúcar.  

– Si toma muchos purés, puedes añadir un cacito de leche al puré al batirlo.  

– La leche desnatada tiene menos sabor y contiene el mismo calcio, aunque es cierto que para los niños es mejor la leche entera ya que necesitan sus grasas saludables.  

– Puedes probar otras leches a ver si su sabor le gusta más, como la leche de cabra. 

– Otra opción es usar leches de fórmula de crecimiento (leches 3). Son a partir de 12 meses y suelen tener el mismo sabor o muy parecido a la leche de continuación que venían tomando, por lo que favorecerá su consumo de leche.  

– En cuanto a las leches vegetales, como la de almendras o soja, en realidad no son leche y no tienen el mismo aporte de calcio. En caso de darle este tipo de bebida debes asegurarte de que están enriquecidas con calcio.  

– En otros casos el problema no es el sabor, sino que el niño sufre intolerancia a la lactosa, por lo que no es capaz de digerir bien el azúcar lactosa de la leche, lo que le provoca gases, hinchazón estomacal, dolor de estómago e incluso diarrea. Si sospechas que es el problema de tu hijo, habla con su médico para que le haga las pruebas pertinentes. En este caso, deberá tomar leches sin lactosa.  

– Nunca obligues a tu hijo a beber leche si no la quiere. No se debe forzar al niño a comer nada.  

Fuente: 

“Alimentación de niños que toman poca leche” https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/alimentacion-ninos-que-toman-poca-leche