El alimento principal de los bebés en sus primeros 6 meses de vida es la leche, ya sea materna o de fórmula. A partir de esta edad comienza la alimentación complementaria, pero ¿cuándo se puede comenzar a dar yogures o queso al bebé?
¿A qué edad empezar con los productos lácteos?
La leche es el alimento exclusivo de un bebé en sus primeros 6 meses de vida. Al llegar a esta edad, la leche sola no cubre las necesidades nutricionales del pequeño, sobre todo respecto a ciertos nutrientes como el hierro, por lo que se debe comenzar con la alimentación complementaria, es decir, ir introduciendo gradualmente todos los alimentos en la dieta del bebé para que, hacia los 2 años, coma prácticamente de todo.
La mayoría de los alimentos se pueden introducir desde los 6 meses, solo hay algunas excepciones como la leche de vaca, que no se puede introducir antes de los 12 meses. Por eso, algunos padres dudan sobre si otros productos lácteos, como el yogur o el queso, se pueden ofrecer antes de esta edad o hay que esperar también hasta los 12 meses.
En cuanto al yogur, se puede ofrecer desde los 8 o 9 meses ya que es mucho más digerible que la leche de vaca al seguir un proceso de elaboración diferente. Así, los cultivos de bacterias con los que se elabora el yogur rompen las cadenas de la lactosa y la hacen más sencilla de digerir que la lactosa presente en la leche. Por eso, se puede ofrecer antes que esta.
Mientras que el queso es un derivado lácteo elaborado a partir de leche cuajada de vaca, cabra, oveja u otro mamífero, mediante la acción del cuajo animal o vegetal. Además, llevan cultivos lácteos que fermentan la lactosa. Al igual que ocurre con los yogures, su nivel de proteínas es menor al de la leche, por lo que pueden digerirlos sin problema desde antes de los 12 meses. En este caso, se aconseja empezar con quesitos blandos desde los 10 meses.
¿Qué yogur es el mejor para un bebé?
Los yogures son un alimento muy beneficioso para la nutrición de un bebé ya que aportan calcio, vitaminas del grupo B, A y D, proteínas y grasas saludables. Además, poseen una textura agradable y tienen un alto valor biológico, protegiendo la flora bacteriana intestinal.
No obstante, no todos los yogures son igual de saludables. A la hora de elegir un yogur para tu bebé menor de 12 meses, asegúrate de que es natural, sin azúcares añadidos. Los yogures de sabores, generalmente, contienen mucho azúcar, así que no se recomiendan en bebés de menos de 2 años.
En cuanto a los yogures para bebés, al estar elaborados con leche de fórmula adaptada se pueden tomar desde los 6 meses, pero si tu bebé sigue con leche materna, es mejor de “postre” ofrecerle el pecho que un yogur, por lo que no hace falta ofrecerlos antes de los 8 o 9 meses. De todas formas, si optas por darle estos yogures o si ya no sigues con leche materna, asegúrate de que están elaborados sin azúcar.
¿Qué queso ofrecerle a un bebé?
El queso tiene un valor nutricional muy similar al de la leche, por lo que es un alimento muy completo y recomendable para niños ya que aporta calcio, fósforo, zinc, proteínas de alta calidad y vitaminas D y A que ayudan al crecimiento y fortalecimiento de los huesos y dientes. Es una buena manera de completar las necesidades de calcio del bebé, sobre todo en pequeños más reacios a la leche.
Sin embargo, algunos quesos tienen un alto contenido en sal y grasa saturada, por lo que conviene controlar las cantidades y los tipos de queso que damos a nuestro hijo.
A la hora de elegir un queso para tu bebé, ten en cuenta que cumpla estas condiciones:
- Debe ser pasteurizado ya que los quesos elaborados con leche cruda pueden transmitir al bebé la bacteria listeria, que causa listeriosis, una infección que puede ser grave.
- Elige quesos frescos, bajos en grasas, sal y proteínas.
- Los quesitos contienen grasas de baja calidad, por lo que no son recomendables más de una vez a la semana.
- Los quesos semicurados de leche o de cabra contienen menos grasas y sal, por lo que también son recomendables para niños.
- Los quesos curados tienen más proteínas, sal y grasas, por lo que solo se deben dar muy de vez en cuando.
- Los quesos viejos tienen aún más cantidad de sal y grasa, además de un sabor muy fuerte, por lo que no deben darse a los niños.
- Los quesos azules o con hongos no suelen estar pasteurizados y no suelen gustar a los niños, por lo que no se aconsejan antes de los 7 u 8 años.
- A partir de los 2 años se puede empezar a dar al niño quesos con más grasa como algunos quesos de cabra y de untar o brie.
Fuente:
Blog EnFamilia “Alimentación saludable” de la AEP: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/alimentacion-saludable