La llegada del primer hijo es un momento maravilloso, pero, sin duda, también muy estresante y cansado ya que los recién nacidos no tienen horarios fijos, comen muy a menudo y duermen poco tiempo seguido, lo que puede resultar agotador. Descubre cómo lidiar con estos cambios y llevarlo lo mejor posible.
Síntomas de estrés y fatiga en los nuevos progenitores
La llegada del primer bebé a la familia es una experiencia preciosa que cada día nos llena de satisfacción y grandes aprendizajes. Pero también es una etapa llena de desafíos que puede generar altos niveles de estrés en los padres primerizos.
Es común experimentar síntomas de estrés y fatiga durante este período, y reconocerlos es clave para abordarlos adecuadamente:
– Ansiedad: sensación constante de preocupación, nerviosismo o tensión, especialmente relacionada con la salud y el bienestar del bebé.
– Irritabilidad: mayor sensibilidad o frustración ante situaciones cotidianas, con cambios de humor repentinos que pueden llevar a discusiones constantes entre la pareja.
– Dificultad para concentrarse: problemas para enfocarse en tareas simples o para tomar decisiones debido al cansancio y el estrés.
– Trastornos del sueño: dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido, incluso cuando el bebé está durmiendo, lo que a su vez aumenta el estrés, el cansancio, la depresión…
– Cambios en el apetito: pérdida de apetito o, por el contrario, comer en exceso como una forma de lidiar con el estrés.
– Sentimientos de culpa: sensación de no ser lo suficientemente bueno como padre o madre, o de no estar haciendo las cosas “bien”.
– Cansancio extremo: sentirse constantemente agotado, incluso después de haber descansado.
– Falta de energía: dificultad para realizar actividades diarias debido a la falta de energía.
– Dolores y molestias físicas: dolores de cabeza, tensión muscular o malestar general debido al cansancio acumulado.
– Somnolencia durante el día: sensación de sueño constante y dificultad para mantenerse despierto.
– Problemas en la pareja: discusiones, menos intimidad y contacto físico…
Consejos para manejar el estrés y la fatiga tras el nacimiento del bebé
- Establece prioridades. No intentéis hacer todo ni tener la casa como “los chorros del oro”. Estableced prioridades: el bienestar del bebé, el vuestro y luego tener la casa en orden.
- Buscad ayuda. Seguro que tenéis familiares o amigos que están deseando ayudaros. Pedidles que os hagan la compra o den un paseo al peque para que podáis descansar algún rato. Y, para las preocupaciones o dudas relacionadas con el cuidado o la salud del peque, no dudéis en consultar a un pediatra, matrona o enfermero.
- Priorizad el descanso. Intentad descansar y dormir cada vez que lo haga el bebé. También podéis hacer turnos para cuidar del pequeño y dormir un rato cada uno. Hay que evitar que toda la responsabilidad recaiga en uno de los dos progenitores.
- Llevad una alimentación sana y equilibrada para ayudaros a tener más energía. Frutas, verduras, cereales integrales, pescado, frutos secos… son alimentos imprescindibles en esta etapa. Asegúrate de beber suficiente agua durante el día, sobre todo si estás dando el pecho.
- Haced algo de ejercicio. Aunque os pueda parecer imposible sacar el tiempo suficiente para hacer ejercicio físico, intentad buscar un hueco varias veces por semana para salir a pasear, correr, montar en bici… Así mejorará vuestro estado de ánimo y energía.
- Para reducir el estrés y la ansiedad, debéis realizar prácticas de relajación como la meditación, el yoga, la respiración profunda… Tan solo 10 minutos al día pueden ser la clave.
- Pasad tiempo divertido con el peque. No se trata solo de bañarlo, dormirlo y darle de comer. Procurad pasar tiempo cantándole, contándole cuentos, acariciándolo, estimulándole y haciendo juegos adaptados según vaya creciendo y avanzando. Su primera sonrisa o sus primeros juegos harán que todo merezca la pena. El juego fomenta vuestro vínculo y reduce el cansancio y la fatiga.
- Pasad tiempo de calidad en pareja. Aunque no tengáis mucho tiempo el uno para el otro sin el bebé, procurad sacad aunque solo sean unos minutos para hablar, daros besos y caricias e incluso mantener relaciones en cuanto pase la cuarentena para que vuestra relación de pareja no desaparezca y no se reduzca todo al peque.
- Si nada funciona y os sentís sobrepasados, buscad ayuda de un profesional de psicología.
- Si tenéis la oportunidad, dejad al bebé con sus abuelos u otro familiar y tomaos un descanso de “ser padres”. Dad un paseo, salid a cenar o al cine… lo que sea que os permita desconectar un rato, echar de menos al bebé y volver con más ganas.
- Hablad mucho y contaros cómo os sentís. Decir en voz alta que no podéis más o que estáis muy cansados hará que os sintáis más unidos y comprendidos y puede ayudaros a buscar soluciones.
- Compartir experiencias con otros padres puede ser reconfortante y ofrecerte nuevas perspectivas.
- Ajusta tus expectativas. Sé amable contigo mismo y no te exijas demasiado. Es normal que las cosas no sean perfectas y que necesites tiempo para adaptarte. Evita compararte con otros padres o con lo que ves en las redes sociales. Cada situación es única.
Fuente:
UNICEF: https://www.unicef.org/parenting/es/salud-mental/como-reducir-el-estres