Estar embarazada no es impedimento para que disfrutes este verano, aunque no es lo mismo si estás en el primer trimestre de gestación que en el último. Te damos unos cuantos consejos para que sea un buen verano a pesar de tu estado.
¿Cómo afecta el verano al embarazo?
El verano es una época de mucho calor y humedad, así como cambios bruscos de temperatura debido a la entrada y salida de espacios con aire acondicionado. Debido al incremento del volumen sanguíneo en el embarazo y al aumento de la temperatura corporal, es normal que todo esto haga que te sientas mareada, cansada y que te cueste respirar.
Además, la circulación y el retorno venoso no funcionan de manera adecuada lo que, unido al calor y a que los vasos sanguíneos se contraen para enfriar el cuerpo y evitar un golpe de calor, puede hacer que los tobillos y los pies se te hinchen, así como las manos.
Como decíamos, también es normal que te cueste respirar y sientas que te falta el aire debido al calor y al aumento de la hormona progesterona en la sangre.
Por otra parte, el calor excesivo puede estresarte, aumentando la presencia de la hormona oxitocina y las prostaglandinas, lo que puede desencadenar un parto prematuro si ya estás en la recta final del embarazo.
Por último, tienes un riesgo mayor de deshidratación o de sufrir un golpe de calor o hipertermia debido al aumento de tu temperatura corporal por la gestación. Los síntomas del golpe de calor son náuseas, vómitos, mareos y vértigo, taquicardia, dolor de cabeza, piel enrojecida o desmayo. Es una condición que puede ser fatal para el feto, así que debes buscar ayuda médica de inmediato.
¿Se puede viajar estando embarazada?
No hay ningún inconveniente en viajar durante el embarazo siempre que no hayas llegado a la semana 36. Pasada esta semana, no se aconseja viajar mucho ni muy lejos ya que puedes ponerte de parto en cualquier momento.
Las primeras semanas suelen ser más complicadas ya que los nervios porque todo vaya bien, unidos a las náuseas y el cansancio de estas semanas, pueden hacer que no tengas muchas ganas de hacer un viaje muy lejos. No obstante, si te encuentras bien, no hay inconveniente en que hagas un viaje en avión a una zona lejana.
El mejor momento para viajar sin duda es el segundo trimestre de embarazo, al menos en la mayoría de los casos, ya que la mujer suele sentirse con más energía y menos molestias y la tripa aún no molesta mucho.
Una vez pasada la semana 32, recuerda que muchas compañías aéreas no permiten viajar o dejan solo con un permiso médico, así que pregunta si vas a viajar en avión pasada esa semana.
Y, en cualquier momento del embarazo, se aconseja viajar a sitios donde no haga falta ponerse vacunas ya que muchas de ellas no se pueden poner en el embarazo. Además, debe haber un buen sistema sanitario y unas condiciones de higiene mínimas para evitar riesgos y complicaciones. Evita destinos muy exóticos, lejanos, calurosos, peligrosos… Y lleva contigo siempre todo el historial del embarazo por si sucede algo.
Consejos para disfrutar del verano embarazada
- Evita salir en las horas centrales del día, las de más calor y más riesgo de deshidratación o golpe de calor. Es mejor que salgas a pasear a primera hora de la mañana o última hora de la tarde, así, evitas el sol y los rayos solares más dañinos.
- En los días de mucho calor, no te pases el día encerrada en casa, aprovecha para hacer actividades en lugares cerrados con aire acondicionado como el cine, museos, centros comerciales, etc.
- Protege tu piel del sol. Durante el embarazo, el aumento hormonal hace que tengas más posibilidades de que te salgan manchas en la cara y las manos. Usa una crema con factor de protección solar alto, aplícala frecuentemente y evita la exposición prolongada al sol. Busca las sombras y usa sombrero de ala ancha y gafas de sol.
- Usa ropa ligera de tejidos transpirables como el lino o el algodón. Elige colores neutros que reflejen la luz del sol. El calzado también debe ser ancho, transpirable y cómodo. Ten en cuenta además que, probablemente, tengas los pies más hinchados, por lo que nada de calzado estrecho.
- Procura mantener la casa fresca. Ventila por la mañana y por la noche y usa el aire acondicionado si lo tienes. Eso sí, no hace falta tenerlo muy frío ya que puede resecar las mucosas y causar resfriados. A 24º C es suficiente.
- Bebe mucha agua y líquidos que te ayuden a mantenerte hidratada. Bebidas isotónicas, zumos naturales, batidos frescos, granizados… También las frutas pueden ayudarte a mantener hidratada, especialmente sandía, melón, cerezas, melocotón, etc. Bebe antes de tener sed para mantenerte bien hidratada.
- Modifica tu dieta y consume platos frescos y ligeros como ensaladas, sopas y purés fríos, carnes frías, etc. Evita las comidas abundantes, ya que hacen trabajar más al aparato digestivo y aumenta la temperatura corporal. Y no consumas mucha sal, retiene líquidos y aumenta la inflamación de los tobillos y los pies.
- Lleva siempre contigo un abanico y un espray con agua para refrescarte a menudo.
- Nadar, caminar a horas adecuadas y elevar los pies siempre que estés en casa te ayudará a reducir la hinchazón de los pies.
- Siempre que puedas, báñate en la piscina o el mar para mantenerte fresca y en forma.
Fuente: Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia