La lateralidad, es decir, la dominancia de un lado u otro, se manifiesta hacia los 4 años de vida. Antes de esta edad, los niños pueden ser ambidiestros y tener la misma habilidad con ambas manos y pies, aunque gradualmente van mostrando preferencia por uno u otro lado. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo saber si mi hijo es zurdo o diestro?

¿Por qué somos diestros o zurdos?

El cerebro está dividido en dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. La parte derecha del cerebro está más ligada a la creatividad y controla los movimientos de la parte izquierda del cuerpo; mientras que el hemisferio izquierdo, relacionado con los números, el habla y el razonamiento lógico, rige los movimientos de la parte derecha. Así, si en una persona predomina su hemisferio derecho, será zurdo; y viceversa.

No obstante, recientes estudios afirman que el 80% de los diestros tiene dominancia del hemisferio derecho y el 60% de los zurdos tiene dominancia izquierda, por lo que no siempre se cumple lo anterior. Una de las hipótesis es que el 80% de las personas tiene un gen dominante que las hace ser diestras, mientras que al 20% restante les falta este gen, por lo que tienen una posibilidad al azar de ser diestro o zurdo.

La mayor parte de la población es diestra,  tan solo un 10-15% son zurdos. El predominio de una u otra lateralidad es algo que viene condicionado por nuestros genes. Además, gatear, por ejemplo, es muy beneficioso para la coordinación de los bebés y establecer la lateralidad.

Nunca se debe forzar la lateralidad de un niño y obligarle a hacer las cosas con la mano no dominante, como se hacía antiguamente con las personas zurdas ya que se consideraba que no era bueno ser zurdo, puesto que puede causar muchos problemas al niño como trastornos en la escritura, problemas de equilibrio, problemas para orientarse, dificultades al leer, torpeza manual, tartamudez o dislexia. Obligar al niño a hacer cosas con su lado débil hará que las haga peor, lo que le puede causar inseguridad y problemas de todo tipo. Si es zurdo, lo mejor que puedes hacer es comprarle cosas y objetos que le ayuden, como tijeras de zurdos, cuadernos sin espiral… y hacerle ver que, aunque hay menos zurdos, no hay nada malo en ellos y pueden hacer todo igual de bien, incluso tener buena letra.

Lo que sí conviene es ayudar a un niño a establecer una lateralidad si hacia los 5 años no se ha definido y sigue siendo ambidiestro. En esto casos, se le puede ayudar a definirse hacia la derecha ya que será todo más sencillo para él al estar nuestro mundo organizado para diestros. Pero nunca forzar.

¿Cuándo se puede saber si un niño es diestro o zurdo?

La lateralidad o preferencia de un lado u otro del cuerpo para realizar diferentes acciones como escribir, comer, chutar al balón… se establece en torno a los 4 años, por lo que es a partir de esta edad cuando se puede detectar si un niño es diestro o zurdo. No obstante, algunos pueden seguir siendo ambidiestros un par de años más, sobre todo si su desarrollo a nivel motor es un poco más lento.

Una vez empiezan a escribir, hacia los 6 años, es cuando escogen una mano para hacerlo y en ese momento queda fijada su lateralidad definitiva. Si el niño usa de manera preferente la mano, el pie y el ojo del mismo lado tiene lateralidad pura, si es diestro de mano y pie, por ejemplo, y zurdo de ojo, tiene lateralidad cruzada.

Cómo saber si mi hijo es diestro o zurdo

Para saber si tu hijo es zurdo o diestro, has de observarle cuando realice actividades cotidianas, no solo comer o escribir, sino todo tipo de actividades como lavarse los dientes, lanzar una pelota, hacer una foto… También debes fijarte en qué pie u ojo usa al hacer diversas actividades, lo que puedes hacer mediante el test de Harris, que se basa en observar con qué mano, pie, ojo u oído hace tu hijo las siguientes actividades:

– Dominancia de la mano:

  • Lanzar una pelota
  • Dar cuerda a un reloj
  • Golpear con un martillo
  • Cepillarse los dientes
  • Peinarse
  • Hacer girar el pomo de la puerta
  • Tensar una goma
  • Cortar con tijeras
  • Cortar con cuchillo
  • Escribir

– Dominancia del pie

  • Dar una patada a un balón
  • Escribir una letra con el pie
  • Saltar a pata coja unos 10 metros
  • Subir un escalón
  • Mantener el equilibrio sobre un pie
  • Conducir un balón durante 10 metros
  • Girar sobre un pie
  • Elevar una pierna sobre una silla o una mesa
  • Pierna que adelantas al desequilibrarte adelante
  • Sacar un balón de debajo de una silla o una mesa

– Dominancia del ojo

  • Mirar por un telescopio o caleidoscopio
  • Hacer una foto con una cámara de fotos

– Dominancia del oído

  • Escuchar en la pared
  • Coger el teléfono
  • Escuchar en el suelo

Anota cada actividad en un papel y al lado marca con una “D” si la hace con la derecha, y una “I” si es con la izquierda. Si no realiza todas las pruebas con una sola mano o pie, debes colocar en minúscula “d” o “i”. Si realiza algunas acciones con ambas piernas y brazos, coloca una “A”.

En cuanto a la dominancia de los ojos y los oídos, haz lo mismo. Coloca “D” o “I” si realiza las tres acciones con un solo ojo. Ahora, si el resultado es dos de tres, coloca en minúscula “d” o “i”. En caso de que lo haga con ambos, pon una “A”.

Si el resultado es D.D.D.D, significa que tu hijo tiene un perfil de dominancia derecha. Por el contrario, si es I.I.I.I, tiene un perfil de dominancia izquierda. Un perfil mixto o lateralidad cruzada incluye D.I.D.I. o,  I.D.I.D., por ejemplo. Una lateralidad mal afirmada d.d.D.d.

Fuente:

Healey, Jean M (2006), El niño zurdo, Ed. Agapea.