El embarazo es uno de los periodos más sensibles de tu vida y es muy importante para tu salud y la de tu bebé que sepas qué puedes comer y qué no. ¡Saber lo que tienes que evitar es tan vital como mantener una dieta saludable! Hay diversos alimentos que suponen un alto riesgo de intoxicación alimentaria y otros que contienen determinadas toxinas que deberías evitar durante el embarazo.

Puede resultar abrumador, pero te lo ponemos fácil mediante esta lista de alimentos que debes evitar por si acaso:

  • Huevos crudos o poco cocinados
  • Pescado con alto contenido de mercurio como el pez espada, marlín, atún, la caballa gigante o el pez emperador
  • Brotes crudos como la alfalfa, el rábano y brotes de judía mungo
  • Productos sin lavar o pre-preparados
  • Carne o marisco crudos, ahumados o precocinados
  • Productos hechos con hígado como el paté
  • Embutidos crudos como el jamón, el chorizo o el salami
  • Leche o productos lácteos sin pasteurizar como ciertos quesos
  • Quesos blandos como el brie, el camembert o quesos azules
  • Pescado Crudo

¿Por qué no se pueden consumir estos alimentos?

Los alimentos sin haber pasado el proceso de pasteurización pueden transmitir la listeriosis, una infección causada por la bacteria Listeria Monocytogenes, una enfermedad muy grave durante el embarazo ya que puede causar la muerte intrauterina, hipotrofia y parto prematuro, con los riesgos que ello conlleva para el feto, especialmente si nace antes de la semana 32 de gestación.

Otros alimentos crudos pueden contagiar la salmonelosis, que puede causar a la madre deshidratación, bacteriemia (el paso de la infección a la sangre, pudiendo llegar a diferentes órganos y sistemas) y el síndrome de Reiter. Mientras que al feto puede causarle también complicaciones muy graves ya que la salmonella atraviesa la placenta y puede producir una enfermedad grave o incluso la muerte del feto.

Por último, los pescados azules grandes y los mariscos crudos pueden tener contaminantes como el mercurio, un metal pesado que se transforma en metilmercurio en el organismo. El metilmercurio puede atravesar fácilmente la placenta y la barrera hematoencefálica del bebé, afectando al desarrollo de su sistema nervioso central, pudiendo causar daños cerebrales y dificultades de aprendizaje.

Cafeína y alcohol

Consumir alcohol mientras estás embarazada puede provocar daños a largo plazo en tu bebé, así que te recomendamos que no pruebes el alcohol.
Los altos niveles de cafeína aumentan el ritmo cardíaco fetal, lo que puede conllevar un peso bajo al nacer e incluso el aborto en los primeros meses de embarazo. ¡Lamentablemente, esto incluye el café, la coca cola, el té y el chocolate!

Te recomendamos que no tomes más de 200 mg al día. Aquí tienes una guía útil:

  • Una taza de café soluble = 100 mg
  • Una taza de café de filtro = 140 mg
  • Una taza de té negro = 75 mg
  • Una lata de coca cola = 40 mg
  • Una lata de bebida energética = 80 mg
  • Una tableta de chocolate con leche de 50 g = 25 mg (el chocolate negro tiene el doble de cafeína)

¿Puedo tomar infusiones?

Las infusiones pueden ser muy saludables y ayudar a tratar diversas dolencias, pero algunas de ellas son perjudiciales en el embarazo.

Puedes consumir sin problemas infusiones de menta, hinojo, melisa y anís verde que ayudan a reducir molestias digestivas; rooibos, tila, melisa o pasiflora, que contribuyen a conciliar el sueño y relajarse; malva, hinojo, saúco y tomillo, beneficiosas en resfriados y catarros; o jengibre para las náuseas.

También puedes tomar, pero con moderación, es decir no más de 1 o 2 tazas a día, té verde, manzanilla u hojas de frambuesa.

Sin embargo, están totalmente prohibidas las infusiones de earl grey, darjeeling, hierba de San Juan, ginseng, camomila, flor de jamaica, marrubio, raíz de regaliz, romero, ortiga, mielenrama, salvia, té de boldo, poleo menta o eucalipto, ya que pueden ser abortivas, estimulantes del útero, alterar la tensión arterial, provocar parto prematuro, etc.

Fuente:

“Uso de hierbas medicinales en mujeres gestantes y en lactancia”, Index Enferm vol.21 no.4 Granada oct./dic. 2012. https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962012000300005