Con la llegada de un bebé al hogar, nuestras vidas dan un giro de 180º. Todo aquello que conocíamos hasta entonces cambia por completo y, ante una nueva situación, es importante que nos adaptemos para que todo vaya a la perfección y tengamos en cuenta que sí se puede compaginar con la vida laboral.

Esto no quiere decir que debamos renunciar a todo aquello que hacíamos antes, como es la vida laboral, pero sí debemos contar con una nueva visión de nuestro día a día para que el cuidado del bebé no suponga una carga que termine haciéndonos pensar que no podemos más. ¡Eso es mentira! Sólo necesitas ver las cosas de otro modo.

Por eso, hoy, desde Capricare, traemos una serie de consejos básicos que debemos tener en cuenta para que nuestra vuelta al trabajo, si tomamos la decisión de continuar con nuestra trayectoria profesional, sea lo más fructífera posible. ¡No te pierdas nada!

¿Cómo debe ser la organización?

La clave está en la siguiente idea: la organización debe ser conjunta. Es posible que te guste tener todo bajo control, más con los nervios de tener ahora un bebé en tu vida, pero tienes que saber que no hay nada malo en compartir tareas con otros familiares, especialmente con tu pareja.

Para ello, te recomendamos que planifiquéis vuestra rutina con un horario. De esta forma, sabréis qué atenciones necesita el bebé a lo largo del día y, así, podréis decidir quién se encargará de cada una.

Si podéis contar con el apoyo de otros familiares, como los abuelos, no dudéis en hacerlo. Es importante que entendáis que no seréis mejores o peores padres por abarcarlo todo; nuestra salud es también importante y delegar en otros puede ser, en muchas ocasiones, lo mejor para el bebé.

¿Cómo prepararte para la vuelta?

Cuando llegue el momento de volver a trabajar, es importante que estés preparada para ello. En este sentido, recomendamos que, además de gestionar todo lo posible tu día a día, como ya hemos comentado en puntos anteriores, planifiques tu regreso.

Para ello, puedes informar a tu empresa de tu intención de volver próximamente a tu puesto de trabajo, así como pedir a compañeros que te comenten todo aquello que haya podido suceder durante tu ausencia y que sea relevante de cara a tu reincorporación.

En cualquier caso, es imprescindible que entiendas que se trata de una nueva etapa de tu vida y que, aunque nunca volverá a ser como antes, no quiere decir que sea peor; simplemente es diferente. Sea como sea, tómatelo con calma. ¡Lo “peor” ya ha pasado!

¿Quieres una reducción de jornada?

Para muchos padres, especialmente para los primerizos, la reducción de jornada laboral es una opción muy atractiva, sobre todo durante los primeros meses de vida del bebé. Con ésta, es mayor el tiempo que pueden pasar en casa para estar junto al bebé, y muchos padres encuentran la tranquilidad que necesitan para sentir que todo está bajo control.

Además, en el caso de las madres que se encuentran en período de lactancia, durante los primeros nueve meses se permite que éstas se ausenten del puesto de trabajo durante una hora al día, que puedes dividir en dos fracciones de media hora, sin que esto afecte a su salario, que se mantendrá intacto.

¿Cuál es la alimentación del bebé?

Si todavía estás en período de lactancia, es importante que no cambies los horarios de las tomas del bebé. Es posible que, pese a la reducción de jornada, no puedas darle la leche a tu bebé en el momento. Por ello, te recomendamos que extraigas la leche materna unas semanas antes y la congeles, ya que puede durar hasta tres meses en el congelador.

Además, existe la posibilidad de que recurras a las leches de fórmula, ideal para aquellos momentos en los que te sea imposible acudir a la toma y no cuentes con leche materna de reserva.

Como ya avanzábamos en el comienzo de este post, ser madre no significa que tengas que renunciar a todo aquello que siempre te ha gustado. Todo lo contrario: debes encontrar un hueco entre tanto alborote que te permita sentirte bien contigo mismo. El trabajo es importante, al igual que tu bebé, pero también lo es tu tiempo de ocio.

Este tiempo puedes emplearlo de la forma que tú quieras, pero recuerda que debe ser para ti y para nadie más. Aprovecha para ir al cine, para dar un largo o para leer, pero siempre con una idea en mente: para cuidar a tu bebé de la mejor forma posible, antes debes cuidarte tú. ¡No lo olvides!