Cuando nuestros hijos son pequeños, tratamos de cuidarlos lo mejor posible para que, de esta manera, puedan crecer fuertes y sanos. Así, los llevamos al médico para que se hagan una revisión, les lavamos los dientes, les compramos la ropa adecuada al tiempo, procuramos que tengan una dieta equilibrada…
Aunque es nuestra labor como padres, hacer por ellos todo lo posible, debemos ser conscientes de que no siempre dependerá de nosotros este cuidado; con el tiempo, crecerán y comenzarán a ser autónomos.
Por ello, es necesario que, desde que tengan la edad suficiente para ser más independientes, empecemos a inculcarles hábitos de higiene para que, cuando sean más grandes, sea una acción más en su rutina diaria, una que lleven a cabo casi sin ser conscientes de ello.
Hoy, os enseñamos qué hábitos de higiene son imprescindibles en el día a día de cualquier persona. Puede que, en un primer momento, resulte una tarea difícil, pero con ganas y motivando a los más pequeños, conseguiremos que lo vean como algo normal.
¡Hora de lavarse los dientes!
La salud bucal es imprescindible, sobre todo cuando sean pequeños, cuando los dientes comienzan a salir y los niños están más expuestos a todo tipo de bacterias. Por este motivo, es imprescindible que, desde pequeños, aprendan a lavarse los dientes para, así, evitar posibles enfermedades como la halitosis o las caries. ¡Es mejor prevenir que curar!
¿Qué hacemos, entonces? Desde que tengan tres años, debemos intentar que ellos mismos se laven los dientes, aunque necesiten nuestra revisión para comprobar que lo han hecho bien; al menos, hasta que aprendan del todo, sobre los seis años. Hace poco os contábamos cómo deben lavarse los dientes los más pequeños, con la ayuda de s cepillos de dientes y pasta dental sin fluoruro, ideal para los niños. Recordad que deben hacerlo cada vez que coman y antes de ir a dormir.
¡Hora de cuidar las uñas!
Aunque no seamos del todo conscientes, debajo de las uñas se acumulan un sinfín de bacterias. Los niños tocan de forma continua decenas y decenas de objetos y superficies, por lo que es inevitable. ¡Pero no pasa nada!
¿Qué hacemos para remediarlo? Lo ideal es que siempre tengan las uñas lo más cortas posibles, para que, así, no haya posibilidad de que haya tanta suciedad debajo de ellas. Pero es igual de importante que las mantengamos limpia, y nuestros hijos deben saberlo desde pequeños. Para ello, podemos cortárselas mientras sean pequeños, pero, a medida que vayan creciendo, tenemos que enseñarles a hacerlo por ellos mismos.
¡Hora de lavarse las manos!
Al igual que la ducha, lavarse las manos es imprescindible para evitar infecciones como la gripe. Como acabamos de mencionar, los niños interactúan constantemente con todo tipo de objetos, y las manos son el principal vehículo con que lo hacen.
Por ello, recomendamos que enseñemos a nuestros hijos a lavárselas con agua y jabón después jugar, comer o ir al baño, al menos, durante unos 30 segundos, aproximadamente. De esta forma, aunque se toquen los ojos o la boca con las manos, porque lo harán, reduciremos las posibilidades de que se transmitan a sí mismos alguna sustancia infecciosa.
¡Hora de la ducha!
La ducha es un hábito diario que deben adquirir lo antes posible, ya que, de esta forma, nos despedimos de la suciedad de nuestra piel. Nuestro cuerpo se enfrenta a diario a todo tipo de sustancias contaminantes y sucias, por lo que no es nada difícil sufrir alguna infección. A ello, debemos añadir, además, el propio sudor corporal que generamos cada día.
Por este motivo, es necesario que los niños se duchen, al menos, una vez al día, con el fin de eliminar toda esta suciedad. De esta forma, podremos evitar la aparición del acné o la llegada de la temida gripe.
En esta ducha, también debemos prestar atención al cabello, que se llena de sustancias sucias de manera fácil. La mejor es lavarlo con cuidado y cepillarlo a diario. Para esta tarea y la que ya hemos mencionado, lavar el cuerpo, podemos utilizar un gel y champú infantil
¡Hora de limpiar las zonas íntimas!
Es posible que, durante unos cuantos años, debamos ser los encargados de limpiar las zonas íntimas de los pequeños, pero podemos pedirles que nos ayuden en esta tarea.
Para limpiar el culito, debemos tener mucho cuidado, ya que no podemos permitir que las heces se arrastren hacia la zona genital. De lo contrario, podrían sufrir una infección urinaria.