La leche de cabra ha ganado popularidad en nutrición infantil y adulta porque presenta algunas diferencias con la leche de vaca que la hacen más digestiva en ciertos casos. Descubre cuándo es adecuada y qué recetas puedes hacer con ella.

Beneficios de la leche de cabra

1. Más digestiva

Tiene glóbulos de grasa más pequeños y una proporción diferente de proteínas (caseína α-s1 en menor cantidad) que forman coágulos más blandos en el estómago. Esto facilita la digestión en niños y adultos con estómagos sensibles.

2. Menos lactosa (aunque sigue conteniendo)

Tiene un poco menos de lactosa que la leche de vaca, lo que puede ayudar a personas con intolerancia leve (no en casos severos).

3. Mejor absorción de minerales

Favorece la biodisponibilidad de hierro, calcio, fósforo y magnesio. Estudios han mostrado que ayuda a prevenir anemia por deficiencia de hierro y favorece la recuperación mineral en huesos.

4. Aporta prebióticos naturales

Contiene oligosacáridos similares a los de la leche materna (aunque en menor cantidad), que benefician la microbiota intestinal.

5. Menos alergénica que la leche de vaca (en algunos casos)

Al tener diferente perfil de caseínas, algunas personas con alergia leve a proteínas de la leche de vaca pueden tolerarla mejor. Pero no debe usarse en casos de alergia grave a la proteína de la leche de vaca (puede haber reacción cruzada).

¿En qué ocasiones puede ser mejor que la de vaca?

  • Niños mayores de 1 año con digestiones difíciles o gases frecuentes. También se puede usar en menores de esta edad si es leche de fórmula de cabra adaptada a menores de 12 meses.
  • Personas con intolerancia leve a la lactosa (no sustituye la lactosa-free si la intolerancia es marcada).
  • Cuando hay anemia o riesgo de déficit mineral, ya que mejora la absorción de hierro y calcio.
  • En dietas de adultos con problemas digestivos crónicos (gastritis, colon irritable leve).
  • Para quienes buscan un sabor más suave y menor “mucosidad” (muchos reportan que la leche de cabra produce menos sensación de flema que la de vaca).

Recetas caseras con leche de cabra

1. Papilla de avena con leche de cabra

Ingredientes:

  • ½ taza de copos de avena suaves
  • 1 taza de leche de cabra
  • ½ plátano maduro
  • Una pizca de canela (opcional)

Preparación:

  1. Hervir la leche de cabra y añadir la avena.
  2. Cocinar a fuego lento hasta que espese.
  3. Triturar con el plátano para darle textura cremosa.
  4. Servir tibio.

2. Puré de calabaza con leche de cabra

Ingredientes:

  • 1 taza de calabaza cocida al vapor
  • ½ taza de leche de cabra
  • 1 cdita de aceite de oliva

Preparación:

  1. Triturar la calabaza cocida con la leche de cabra.
  2. Añadir el aceite de oliva y mezclar bien.
  3. Servir tibio como cena ligera.

3. Yogur casero de leche de cabra (a partir de 1 año y medio)

Ingredientes:

  • 1 litro de leche de cabra
  • 1 yogur natural de cabra (o de vaca, como iniciador)

Preparación:

  1. Calentar la leche a 80 °C y dejar enfriar a unos 40 °C.
  2. Mezclar con el yogur iniciador.
  3. Colocar en frascos y mantener en yogurtera o en horno apagado con luz encendida por 8 horas.
  4. Refrigerar y servir con frutas trituradas.

4. Batido suave de frutas con leche de cabra

Ingredientes:

  • 1 taza de leche de cabra fría
  • ½ mango maduro o ½ plátano
  • 1 cdita de avena en polvo

Preparación:

  1. Batir todo hasta obtener una textura cremosa.
  2. Servir inmediatamente.

5. Arroz con leche de cabra (versión ligera)

Ingredientes:

  • ½ taza de arroz
  • 2 tazas de leche de cabra
  • 1 cdita de miel (solo en mayores de 2 años, nunca en bebés)
  • Canela al gusto

Preparación:

  1. Cocinar el arroz con agua hasta que esté casi listo.
  2. Añadir la leche de cabra y cocinar a fuego lento hasta espesar.
  3. Endulzar con miel (solo si el niño tiene más de 2 años) o con fruta triturada.

Fuentes:

American Academy of Pediatrics