El sistema inmunológico se puede ver comprometido durante el embarazo por todo el trabajo que lleva a cabo el organismo para permitir el desarrollo y crecimiento del feto. Eso, junto con los cambios hormonales, puede hacer que seas más propensa a contraer algunas infecciones leves, como resfriados, pero también otras que pueden ser más graves si no se tratan adecuadamente.

Infecciones más frecuentes y graves en el embarazo

– Infecciones del tracto urinario (ITU): son infecciones que afectan cualquier parte del sistema urinario, que incluye la vejiga, los riñones, los uréteres y la uretra. Las ITU son comunes en mujeres embarazadas debido a los cambios hormonales que hacen que el tracto urinario sea más propenso a las infecciones.

Los síntomas comunes de una ITU incluyen ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, dolor o molestia en la parte baja del abdomen y orina turbia o con olor fuerte. Sin embargo, algunas mujeres embarazadas pueden no tener síntomas claros.

Si no se tratan, las ITU pueden llevar a complicaciones más graves durante el embarazo, como una infección renal (pielonefritis) que puede aumentar el riesgo de parto prematuro o bajo peso al nacer. Por eso, además de estar atenta a los síntomas, durante la gestación te harán controles de orina periódicos para detectar posibles infecciones asintomáticas.

– Enfermedades de transmisión sexual (ETS):

  • Sífilis: puede ser transmitida de la madre al bebé durante el embarazo y puede causar graves problemas de salud en el feto, incluyendo daño cerebral, problemas óseos y cutáneos. Es importante que las mujeres embarazadas se hagan la prueba de sífilis y, si se diagnostica, reciban tratamiento con antibióticos.
  • VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana): puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia. Sin tratamiento, hay un alto riesgo de que el bebé adquiera el VIH, pero con una atención prenatal adecuada y el tratamiento antirretroviral, el riesgo de transmisión se reduce significativamente.
  • Gonorrea y Clamidia: si no se tratan, pueden causar complicaciones durante el embarazo, como parto prematuro o bajo peso al nacer.
  • Herpes genital: si una mujer embarazada tiene un brote activo al momento del parto, el bebé puede estar en riesgo de adquirir la infección durante el parto. En algunos casos, se puede recomendar una cesárea para reducir este riesgo.
  • Hepatitis B y C: son infecciones virales que pueden afectar el hígado. Si una mujer embarazada tiene hepatitis B, el bebé debe recibir una vacuna y una inmunoglobulina específica dentro de las primeras 12 horas de vida para prevenir la transmisión. La hepatitis C se transmite con menos frecuencia de madre a hijo durante el parto, pero aún puede ocurrir.

– Infecciones respiratorias: algunas infecciones respiratorias, como la gripe, pueden ser más graves durante el embarazo debido a los cambios en el sistema inmunológico de la mujer. Por eso, si experimentas fiebre alta, problemas para respirar o mucho cansancio, debes ir al médico para que valoren si es necesario el ingreso hospitalario para mantenerte bien controlada y evitar complicaciones.

– Toxoplasmosis: esta enfermedad es producida por un parásito llamado Toxoplasma Gondii, el cual se encuentra en las heces de los gatos y el agua contaminada. Puede transmitirse al feto a través de alimentos mal cocidos o carne cruda y puede causar problemas de salud graves incluyendo daño cerebral, problemas oculares, retraso en el desarrollo y otros trastornos congénitos.

– Citomegalovirus (CMV): es un virus que pertenece a la familia de los herpesvirus. La mayoría de las personas son portadoras del CMV, y la infección generalmente no causa síntomas notables en personas sanas. Sin embargo, en el embarazo, puede transmitirse al feto a través de la placenta lo que puede llevar a problemas de salud graves en el bebé, como daño cerebral, sordera, retraso en el desarrollo y otros trastornos congénitos. Las mujeres embarazadas que se infectan por primera vez con CMV durante el embarazo tienen un mayor riesgo de transmitir la infección al feto.

– Varicela: la varicela es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el virus varicela-zóster. Si una mujer embarazada contrae la varicela, especialmente durante las primeras etapas del embarazo, puede haber riesgos para el feto. Los riesgos pueden incluir malformaciones congénitas, retraso en el desarrollo y problemas neurológicos. También existe un riesgo de que el bebé desarrolle una forma grave de varicela al nacer.

– Rubéola: es una enfermedad viral causada por el virus de la rubéola. Si una mujer embarazada contrae la rubéola durante las primeras etapas del embarazo, especialmente durante el primer trimestre, existe un riesgo significativo de que el bebé desarrolle la llamada “síndrome de rubéola congénita”. Esto puede incluir daño cerebral, sordera, problemas oculares, defectos cardíacos y retraso en el desarrollo. Las complicaciones son menores a medida que avanza el embarazo.

– Listeriosis: es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes. La infección se suele adquirir al consumir alimentos contaminados, especialmente productos lácteos no pasteurizados, carnes procesadas, pescado ahumado y productos vegetales crudos contaminados. También puede transmitirse de madre a hijo durante el parto. Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de contraer listeriosis, y la infección puede tener consecuencias graves para el feto. Puede causar un aborto espontáneo, parto prematuro, bajo peso al nacer y en algunos casos, la infección del recién nacido.

¿Cómo prevenir estas infecciones?

  1. Lávate bien las manos, sobre todo antes de comer o manipular alimentos.
  2. Evita todos aquellos alimentos que pueden transmitir estas infecciones como los lácteos no pasteurizados, la carne cruda, los ahumados, las verduras y frutas sin pelar, etc.
  3. Bebe agua con regularidad, ve al baño con frecuencia, límpiate de adelante hacia atrás después de ir al baño y evita el uso de productos de higiene íntima perfumados que puedan irritar la uretra.
  4. Hazte pruebas de detección de ETS y evita el sexo sin protección si tu pareja puede estar contagiada de una de estas enfermedades.
  5. Si tienes gato, evita limpiar su cajón de arena y el contacto con sus heces.
  6. Evita el contacto con personas enfermas durante estos meses.
  7. Si no estás vacunada de varicela o rubéola, vacúnate antes de quedarte embarazada.

Fuentes:

Infección del tracto urinario en la embarazada, Miguel Ángel Herráiz, Antonio Hernández, Eloy Asenjo, Ignacio Herráiz. Vol. 23. Núm. S4. páginas 40-46 (Diciembre 2005).

Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica Elsevier, https://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-28-articulo-infeccion-del-tracto-urinario-embarazada-13091447